Hace un tiempo les contamos sobre un centro de datos de Microsoft que había sido sumergido cerca de la costa de las Orcadas en 2018 y recuperado en 2020. La intención era experimentar con una serie de factores técnicos, uno de ellos el ahorro en sistemas de enfriamiento.
La experiencia fue un éxito y quizás por eso Microsoft ha mantenido la idea de sumergir sus servidores.
En este caso se trata de la implementación de un líquido que en contacto directo con el hardware lo ayuda a mantenerse dentro de ciertos niveles de temperatura.
Punto clave La idea no es que el líquido sea extremadamente frío, sino que hierva. El proceso de ebullición supone la emisión de vapor y la pérdida de calor.
Nada de esto tendría sentido sin un pequeño e importante detalle: la sustancia alcanza el punto de ebullición a los 50°. El agua debe llegar a los 100°.
Cuando el líquido comienza a hervir libera vapor y pierde calor. Dado que este proceso ocurre a temperaturas más bajas los equipos de mantienen dentro de márgenes aceptables.
Otro aspecto clave es el uso de tanques especiales que capturan el vapor, lo exponen a un dispositivo refrigerante y lo devuelven como una lluvia sobre los servidores.
La refrigeración con líquidos no es en sí una novedad, pero este experimento está simplemente en otro nivel.
Objetivos Microsoft espera que esta tecnología le permita implementar procesadores más grandes y poderosos. Por lo general los dispositivos de mayor rendimiento consumen más electricidad, lo que supone una mayor producción de calor.