Las fuerzas militares llevan ya un buen tiempo probando los Hololens de Microsoft. Muchos soldados han señalado molestias por su uso y han estimado que no suponen una mejora real en sus capacidades.
Durante los últimos años Microsoft ha conseguido varios contratos con las fuerzas militares de los Estados Unidos. Uno de los proyectos más interesantes en el que está involucrada es la aplicación de lentes de realidad aumentada en el campo de batalla. Los Hololens llevan ya un buen tiempo en un periodo de prueba. La idea es brindar a los soldados información útil en tiempo real que les permita tomar mejores decisiones así como también mejorar las comunicaciones entre las distintas unidades en el campo de batalla.
Los resultados obtenidos parecen haber sido del agrado del ejercito, que ha considerado que los dispositivos fueron exitosos en casi todos los aspectos claves. Sin embargo, se ha notado algunas áreas donde los Sistemas de Visión Aumentada Integrada necesitaban mejoras.
Críticas
Las críticas a los lentes, conocidos como IVAS en el ejercito, son más que interesantes. Un primer grupo de quejas hace referencia a los malestares que provocan. Los soldados reportaron que el uso de los lentes produce nauseas, cansancio ocular y dolores de cabeza.
Un segundo grupo de quejas está más relacionada con los beneficios del sistema. Varios soldados han señalado que no creen que los IVAS contribuyan a sus capacidades para llevar a cabo una misión. Esto puede ser simplemente una sensación, pero no deja de ser importante. El entusiasmo por los dispositivos parece ser bastante bajo.
Algo más importante es el señalamiento de que la luz que emiten los lentes podría alertar a las tropas enemigas de la presencia de los soldados, lo que pondría en riesgo sus vidas.
Un proyecto en peligro
Durante 2022 un comité del senado estadounidense recortó unos USD 350 millones de los USD 400 millones que el ejercito tenía destinado para adquirir más unidades IVAS de Microsoft. La preocupación de los miembros del comité está relacionada con los problemas de software y hardware que los dispositivos tenían, así como la baja aceptación de los usuarios.