Los usos que se le da a la tecnología de inteligencia artificial de ChatGPT se han diversificado hasta un punto en el que no solo puede generar ensayos académicos, contratos estándar de alquiler, itinerarios de viaje, entre otros. La tecnología detrás del software creado por OpenAI está siendo estudiada por equipos de expertos de Microsoft para explorar otros usos posibles como la programación de robots asistentes.
Un conjunto de investigadores de la compañía de tecnología, utilizaron esta inteligencia artificial para asignar tareas específicas y variadas a robots y drones, que ejecutaron los comandos brindados de manera satisfactoria por el software de OpenAI.
El objetivo del experimento no era el demostrar que este software puede crear código de programación, sino saber si podría utilizarse para acelerar el proceso de control remoto de estos dispositivos por parte de humanos, quienes deciden la actividad a realizar. En el documento publicado llamado “ChatGPT para robótica: principios de diseño y habilidades del modelo” se sostiene que por el momento el proceso no es automatizado, sino que “es una herramienta para aumentar la capacidad humana”.
Mientras que en la actualidad ChatGPT solo obedece comandos escritos en el campo de texto de su plataforma web, los investigadores también comprobaron que era posible comandar que el sistema programe actividades basadas en información visual. Los investigadores probaron que la inteligencia artificial puede estimar formas y colores luego de haberle comandado realizar una actividad con una pelota en la que estaba involucrada una cámara incorporada al robot que controlaba
Por otro lado, se le dio a ChatGPT un conjunto de cuatro bloques de diferentes colores para que los use y “forme el logo de Microsoft”, algo que un brazo robótico controlado por el programa ejecutó sin inconvenientes, comprobando así que es capaz de identificar colores y darles un orden para cumplir con la tarea asignada.
Este mismo proceso fue utilizado con otros comandos, como escanear una habitación con un drone para identificar un lugar correcto para ubicar objetos, analizar visualmente la hélice de una turbina siguiendo especificaciones de dirección y distancia, entre otras pruebas que fueron completadas de forma satisfactoria.
Una de las consideraciones que se hacen en la publicación de la empresa de tecnología indica que el reto que tienen los investigadores es enseñar a ChatGPT a resolver problemas considerando las leyes de la física, el contexto en el que se ejecutan las tareas y cómo las acciones del robot que manejan pueden modificar el estado del mundo en el que se encuentra.
La forma en la que se podrá usar ChatGPT para establecer comandos de acción para los robots será introducir códigos que activarán el dispositivo que sea más adecuado para cumplir las tareas que sean comandadas por los usuarios que están a cargo de la ejecución de las tareas. Cada uno de ellos podrá resolver problemas, además de desplegar sus capacidades para manipular objetos en el aire o en la tierra.
El proceso de ejecución de las tareas consiste en varios pasos, que inician con el establecimiento de una petición a ChatGPT (como se hace regularmente en cualquier otro contexto), que luego se traduce en el código informático que contiene los comandos. Una vez que se generan estos códigos, los ingenieros deben analizar el resultado y simularlo para asegurarse de que es correcto y tiene los resultados deseados, para posteriormente ser ejecutados por los robots.