El Ministerio de Economía pudo, finalmente, pasar una importante masa de vencimientos de deuda en pesos para un período post electoral, sin generar ruido en los mercados. El año pasado Martín Guzmán trató de hacer algo parecido a través de licitaciones, no lo logró y así contribuyó a profundizar el clima de incertidumbre que había en ese momento. Ahora, en el mercado se espera que haya un nuevo canje dentro de tres meses que serviría para “limpiar” el terreno en el segundo semestre.
De acuerdo con la información del Ministerio de Economía, en el canje del jueves último ingresó el 64% de los tenedores de bonos, pero en realidad la cifra fue más baja, del orden del 58%. Eso se debe a que la información oficial incluía el resultado del canje del 3 de enero pasado. No obstante, sigue siendo un buen resultado, aunque sin descollar, dicen los operadores.
Lo más importante, y adonde apuntan sus miradas los inversores, es lo que señala el economista Christian Buteler: “fue el de menor aceptación en este Gobierno pero el de mayor alargamiento de plazos”.
“Se puede decir que es un ‘aceptable’. Hay que tener en cuenta que hay colocaciones de muy corto plazo de fondos comunes y tesorerías corporativas que no se pueden pasar a 18 meses y por eso es comprensible que algunos no puedan entrar”, señala el economista.
La nueva grilla de vencimientos se armó del siguiente modo: en marzo bajó de $0,8 billones a $0,6 billones; en abril, de $2,5 billones a $1 billón; en mayo, de $2,1 billones a $0,9 billones y en junio de $2,5 billones a $0,8 billones. Es decir que había vencimientos por un total de $7,9 billones y quedaron en pie $3,3 billones.
En cambio, para la sociedad de bolsa Portfolio Personal Inversiones (PPI) “el resultado no fue muy alentador” porque considera que el piso de participación que se esperaba era del 60%. La entidad supone que la mitad de la tenencia de los títulos que se canjearon estaba en manos privadas, de lo cual deduce que solo habría entrado el 18%. Por esa razón, dice en un reporte que “será muy interesante ver cómo reacciona el mercado a esta noticia, en especial, la curva CER y si tiene repercusiones sobre los dólares financieros”. La próxima licitación de letras será el 22 de este mes.
Se espera que dentro de tres meses, en momentos en que la campaña electoral comience a tomar vuelo, el Palacio de Hacienda trate de atravesar el último tramo que le queda en 2023, con un nuevo canje que termine de despejar el camino a diciembre. Hasta ahora las operaciones de este tipo que vino haciendo el Gobierno solo podían llevar todo adelante por tres meses. En ese caso es un año y medio. Queda, en tanto, una gran masa de pesos rolleando a muy corto plazo en manos de fondos comunes y empresas que muy probablemente quieran seguir así.
La consultora Quantum, que dirige Daniel Marx, planteó que “la operación en sí era necesaria y ayuda a descomprimir parcial, aunque transitoriamente, los requerimientos de caja en pesos del Tesoro”, por lo que concluye que el Gobierno tendrá que volver a hacer otro canje en algunos meses.
Por otro lado, los mercados van a estar mirando a los economistas de Juntos por el Cambio, que vienen criticando con dureza el hecho de que el actual Gobierno les esté pasando una masa de deuda equivalente a 20 puntos del Producto Bruto Interno (PBI), si se suman leliqs y letras del Tesoro. Como el grueso de esa deuda se ajusta por alguna variable sea la inflación o el dólar, las intenciones sobre una normalización del mercado de cambio van a tener que demorarse. Algunos análisis, como el que hace la consultora 1816 a partir de recientes declaraciones de Horacio Rodríguez Larreta, consideran que al menos por 2024 el próximo gobierno va a seguir con la dinámica de ir renovando vencimientos, tratando de reducir la masa de deuda.