Una prohibición de entrada y salida de la isla española de Ibiza comenzó a regir hoy por un avance del coronavirus, en coincidencia con una polémica en el país luego de que varios políticos y militares se vacunaran contra la enfermedad sin ser prioritarios.
Hasta el 30 de enero, estará prohibido entrar y salir por vía marítima o aérea salvo de la paradisíaca isla conocida por sus playas, discotecas e intensa vida nocturna, salvo por motivos "imprescindibles".
La decisión, adoptada por el Consejo de Gobierno de Baleares y anunciada ayer, se tomó por el aumento del número de contagios a 1.970 casos por cada 100.000 mil habitantes.
Las autoridades creen que incremento de las reuniones familiares y sociales durante las fiestas de Navidad, como ocurrió también en muchos otros puntos de España fue un factor determinante.
Además, muchas personas tienen su segunda residencia en la isla y regresaron en diciembre a Ibiza para pasar las fiestas, trayendo posiblemente el virus, pese a que había controles en muelles y aeropuertos.
Encima, la semana pasada fueron detectados en Ibiza nueve casos de la agresiva variante británica del virus.
Desde el pasado 13 de enero los bares y restaurantes de Mallorca y de Ibiza deben permanecer cerrados, si bien pueden ofrecer comida para llevar y servicio a domicilio.
Los centros comerciales de ambas islas, tampoco pueden abrir por ahora, con la excepción de sus espacios de alimentación e higiene.
Además, los gimnasios y los Spa también deben permanecer provisionalmente cerrados. Tampoco se permite que haya público en ningún tipo de evento deportivo.
En el sector de la hostelería, otra restricción que entró en vigor en Mallorca y en Ibiza el 13 de enero fue que las reuniones familiares y sociales deberán limitarse exclusivamente al núcleo de convivencia, tanto en espacios cerrados como en espacios abiertos.