Francia y Bélgica se preparan para volver a la normalidad prepandémica, con la flexibilización paulatina de las medidas impuestas para contener los contagios de coronavirus, permitiendo la atención al público en el interior de restaurantes y cafés así como la reapertura de los gimnasios, mientras el Parlamento Europeo da luz verde al pasaporte sanitario.
Tres semanas después de la reapertura de las terrazas de los cafés, los cines y los museos, la segunda etapa de desescalada en Francia empezó con el retraso del inicio del toque de queda de las 21 a las 23.
Además los cafés y restaurantes podrán volver a recibir a gente en el interior, con un aforo máximo del 50% de la capacidad, lo que permitirá reabrir un buen número de pequeños establecimientos que no tiene terrazas o de tamaño insuficiente para ser rentables.
Además, los deportistas podrán volver a entrar en gimnasios o piscinas.
"Es la primera vez que vengo desde hace casi un año, he seguido las reglas, ¡por eso tengo tanta hambre!", dijo Maxence desde un gimnasio de París que abrió a las siete en punto de la mañana.
Francia también recupera la tradición del café matutino. "Es raro oír a la gente decir 'Un café para tomar aquí, por favor', pero es un gran alivio", comentó Christophe Guedes, el propietario de una cafetería de los suburbios de París, citado por la agencia de noticias AFP.