En apenas cuatro días la Unión Europea (UE) pasó de atribuir la demora en la fabricación de vacunas a "la escasez mundial de componentes" a reconocer que el bloque había "subestimado la producción en masa", una marca de cierto despiste institucional y, también, una señal de que el debate sobre el tema está lejos de saldarse.
Aunque las quejas y la discusión sobre la lentitud en la producción de vacunas –con el obvio incumplimiento de acuerdos- y el acaparamiento por parte de países ricos no tuvo la estridencia de semanas anteriores, algunas declaraciones y advertencias hacia adelante provocaron un ruido todavía notable esta semana.