La actitud del nuevo Gobierno del presidente Joe Biden de respaldar la ocupación israelí de los Altos del Golán, mientras Bashar al Assad siga en el poder en Siria, representa una jugada diplomática de la Administración demócrata, que no revierte el reconocimiento de la soberanía que hizo ese país en 2019.
Los estratégicos Altos del Golán, que dominan el norte de Israel y las fronteras de Líbano y Jordania, fueron conquistadas por Israel en la Guerra de los Seis Días en 1967.
En dicha contienda bélica, el Estado israelí cuadriplicó su territorio, tras anexarse también Cisjordania (incluyendo Jerusalén Este), Gaza y la península del Sinaí.