Esta innovación permitiría, junto a la impresión en tres dimensiones, la creación de robots capaces de elaborar platos con varios ingredientes.
Un grupo de ingenieros de la Universidad de Columbia está trabajando en el desarrollo de un chef robot. El objetivo es conseguir un ingenio capaz de cocinar no solo de una forma efectiva y eficiente, sino de ofrecer las formas y texturas que el usuario desea.
Las tecnologías consideradas para lograr este objetivo son la impresión 3D y el láser.
Un problema de precisión El equipo ha estado trabajando en el campo de la impresión tridimensional de la comida desde 2007. Los progresos en las herramientas le han permitido establecer nuevas y más ambiciosas metas. Actualmente es posible, por ejemplo, pulverizar un pollo hasta convertirlo en una sustancia con la cuál es posible luego crear una forma determinada.
Sin embargo el mayor problema parece estar en el otro aspecto de la ecuación.
El director del grupo, el profesor de ingeniería mecánica Hod Lipson, señala que el desafío es conseguir un método de calentamiento con el mismo nivel de precisión milimétrica que tiene la impresión. Esta cualidad es necesaria cuando se trabaja con platos con varios ingredientes.
Pollo láser En un estudio publicado a principios de septiembre el equipo de Lipson presentó sus experimentos con el uso de luz azul y luz infrarroja para cocinar un pollo.
Uno de los descubrimientos más interesantes fue que la carne de dicho animal, cuando era cocinado utilizando láser, se encogía un 50% menos dado que retenía mucho más de su contenido húmedo. El sabor era similar al producido por la cocina tradicional.
Así que parece que en el futuro comeremos pollos con formas extrañas cocinados con rayos láser.