Se trata de un barco digital para el juego The Sandbox, dedicado al concepto del metaverso. La embarcación tiene cuatro pisos, un jacuzzi y un helipuerto.
Durante los últimos meses se ha producido una explosión de interés por los NFT. El entusiasmo ha sido tan poderoso como a menudo cuestionable. Entre los últimos ejemplos de grandes inversiones en estos tokens de propiedad se encuentra un yate de lujo con un valor de USD 650 mil.
No existe una embarcación real detrás de este NFT, ni siquiera un pequeño bote de vela. El bote es digital, parte de una colección de The Sandbox, un juego diseñado para el metaverso.
El barco La embaración es conocida como el “The Metaflower Super Mega Yatch”. Tiene unos cuatro pisos, todo el equipo que podrías esperar en un vehículo de este porte y un helipuerto.
También tiene un jacuzzi en caso de que quieras jugar a que te bañas con burbujas. Aunque si gastas unos 149 ethereums en un yate digital nos resultaría raro que no tuvieras un jacuzzi.
El barco se ha convertido en el NFT de mayor valor del juego. Sin embargo su reino puede ser corto, dado que además de otros bienes de lujo los desarrolladores del juego planean lanzar a la venta islas privadas.
Lo viejo y lo nuevo Esta no es la primera vez que se gasta dinero real en bienes digitales en un juego. Muchas producciones tienen un modelo de negocio que se basa en este tipo de transacciones. Quizás lo más cercano a la venta de este yate son las naves espaciales de StarCitizen, aunque la mayoría se mantienen por debajo de los USD 1000.
Los NFT aseguran la exclusividad, la propiedad del objeto. Curiosamente en muchos casos no aseguran el acceso al objeto en sí.
De muchas maneras son una manía, parte de nuestra necesidad por tener algo que nos distinga, parte de nuestra necesidad de tener cosas para sentir que conseguimos algo. También de nuestro temor a quedarnos afuera y no estar con el grupo de gente haciendo las cosas más interesantes y de moda.