El ingenio es flexible y puede generar energía de fuentes de calor de menos de 100°. Esto permitiría su uso en redes IoT y wereables.
Es posible que en el futuro los dispositivos electrónicos para vestir y algunos ingenios vinculados a redes IoT no necesiten baterías. En su lugar podrían obtener la energía que necesitan de una fuente de calor.
Investigadores del Real Instituto de Tecnología de Estocolmo han desarrollado una cota termoeléctrica flexible para dispositivos que generen menos de 100°. Los resultados de este trabajo han sido publicados en la revista American Chemical Society Applied Materials & Interfaces. La Universidad de Valencia y la Universidad de Warwick han colaborado en este proyecto.
Lo dicho supone que podríamos tener pulseras inteligentes alimentadas por el calor de nuestra piel. Pero también dispositivos que recuperen algo de la energía que pierden al generar calor durante su funcionamiento. Algo de esa energía, no se trata de un Perpetuum mobile.
Desafíos y perspectivas
El proceso de convertir el calor en energía no es en sí una novedad. Ocurre cuando un extremo de un material termoeléctrico se calienta y provoca un movimiento de los electrones hacia el extremo más fresco. Este movimiento produce una corriente eléctrica. Uno de los desafíos que se presenta es el desarrollo de materiales que tengan las capacidades de resistencia y conductividad, pero a la vez puedan aplicarse a largas áreas sin perder rendimiento con el tiempo.
Para este trabajo los científicos del instituto crearon un material híbrido. Una combinación de semiconductores en estado sólido con polímeros flexibles. El resultado fue una cota que puede aplicarse a cualquier superficie que disipe calor. La ventaja del método es que es de bajo costo y puede fabricarse a larga escala.
Los desarrolladores creen que la energía termoeléctrica generada por este tipo de opciones puede ser un complemento importante durante una etapa de cambio hacia fuentes de energía renovables.