Música, flores, comida y tradiciones andinas llenaron hoy de color el cementerio del barrio porteño de Flores, al que se acercaron más de 50 mil personas para celebrar el Día de los Difuntos con sus seres queridos, en el marco de un operativo de seguridad con requisas por parte del Gobierno de la Ciudad, que los organizadores consideraron una "vulneración de derechos".
"Desde el primer día de noviembre empezamos la ceremonia con alimentos y bebidas en las mesas para recibir a los difuntos espíritus y el 2 venimos al cementerio con esos alimentos para compartir con nuestras familias y todos aquellos y aquellas que se acercan a dar buenas intenciones a nuestros seres queridos", señaló en diálogo con Télam Mariana Amaru.
Antes de ingresar al predio, por la entrada de las intersecciones de Varela y Balbastro, la única habilitada el día de hoy, la mujer de 43 años, denunció que "vivimos esta situación de vulneración de derechos, con cacheos, le sacan el agua a la gente, las gaseosas" y "quieren imponer una forma de celebrar a su manera".
"Venimos acá a celebrar la vida, esa vida que tuvieron junto a nosotros", todo este operativo "estigmatiza y asusta a las familias que dejan de venir o de traer sus panes, sus asientos", detalló Amaru y enfatizó que "pasaron 530 años de la conquista y aun hoy tenemos que seguir exigiendo nuestros derechos".
La mujer, integrante del conjunto musical de sikuris Ayllu Sartañani, señaló que tiene "un hermano que descansa en paz, también músico y vamos a rendirle homenaje a él y a otros hermanos músicos que seguro están en el cementerio".
María Urquiso, del pueblo quechua y miembro de la Mesa del Aya Mar´Kay Quilla, explicó que hoy "se traen ofrendas, las personas vienen con toda la familia, hay muchos niños y niñas, personas mayores" y consideró que para el Gobierno porteño "es clave reprimir esta población porque son quienes les dan continuidad a nuestras prácticas".
"Nos imponen una nacionalidad que es la argentina, una espiritualidad, que es la cristiana, un idioma que es el castellano. Esto es la política de Estado para las poblaciones indígenas y migrantes, es un paso más de todo el proceso de genocidio", denunció la mujer.
Asimismo, precisó que, a través de negociaciones entre organizaciones sociales, la Mesa y autoridades del Gobierno de la Ciudad se "logró una mesa de diálogo para que sea convocada por la subsecretaría de Derechos Humanos porteño (para los controles en el cementerio) y no la de seguridad como si fuéramos criminales".
En este sentido, Urquisu aseguró que "el Gobierno porteño no cumplió con los puntos que nosotros planteamos que eran pedidos como baños químicos alrededor del cementerio y que no haya cacheos".
El 1 y 2 de noviembre, comunidades quechua, kolla, aymara, andinas y bolivianas celebran el Aya Mark'ay Quilla, en quechua, o Día de los Difuntos.
Este mediodía, la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural montó un operativo en el cementerio de Flores, donde habitualmente se convocan unas 60 mil personas para esa ceremonia.
El despliegue consistió en controles llevados a cabo por el personal de seguridad, identificados con chalecos que revisaban una por una a las personas que ingresaban, bolsos y cochecitos de bebés y no permitían el ingreso al predio con bebidas de ningún tipo, ni sombrillas, ni trabajadores de prensa.