Faltan tres meses para las Elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), y, de cara a esa fecha, el precandidato a presidente libertario Javier Milei presentó este mes su propuesta electoral oficialmente ante la Justicia, en la que plantea más de 60 reformas que aplicará en caso de ganar las elecciones presidenciales este año.
Se ha hablado mucho en medios y redes sociales de su ideología y el economista devenido en político ha visitado numerosos estudios de televisión y radio vociferando sus planes, muchos de los cuales preocupan a más de uno, por su radicalización ideológica, por un lado, pero también por ser una voz de lo que hoy se conoce como la “anti política”. Sin embargo, pocos conocen realmente cuáles son sus propuestas en materia económica.
En un contexto en el que la economía argentina está muy complicada y los habitantes enfrentan la dificultad de vivir en un contexto fuertemente inflacionario, muchos miran con interés aquellas propuestas que parecen “mágicas” o rupturistas con lo que tradicionalmente se ha venido haciendo en la Argentina, posiblemente sobre la base de ese concepto de que “si hacemos siempre lo mismo, va a pasar siempre lo mismo”.
Sin embargo, hay varios conceptos de la propuesta económica de Milei que generan mucha polémica en la sociedad, ¿cuáles son los cuatro que más llaman la atención?
Una reforma previsional
Hace unos días, el diputado liberal anticipó que, en el marco de una reforma del estado, tiene la intención de recortar el gasto del Estado en jubilaciones y pensiones, tras una revisión de la Población Económicamente Activa (PEA), y volver a establecer las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), el sistema dispuesto en 1993 por el expresidente que se eliminó 2008, luego de que colapsara en 2007.
Recordemos que, en ese año, las AFJP, empresas privadas que gestionaban el sistema previsional (que era optativo) perdieran casi todo lo capitalizado en el año.
Dolarización de la economía
Otra propuesta de Milei es establecer una competencia de monedas que permitan a los ciudadanos elegir el sistema monetario libremente o la dolarización de la economía. Este fue un tema muy comentado públicamente y que, según dice a Ámbito el economista Ricardo Aronskind, “es un concepto que despertó muchas fantasías irreales en la gente”.
¿Cómo cuáles? Como el hecho de pasar a cobrar en dólares, como si el salario, en esas condiciones, no fuese a sufrir más el deterioro inflacionario en ese caso, cuando lo que realmente pasaría sería que esa inflación pasaría a ser en dólares y los alimentos y productos deberían comprarse en esa moneda.
Y es que, tal como apunta el economista Martín Carro, la dolarización no es la solución a los problemas de la economía local. “Lo que se plantea es pasar a todas las transacciones hacia una moneda que es escasa en la Argentina, lo que acarrearía muchas dificultades porque no hay dólares suficientes para sustentar esa dinámica”, indica. Asimismo, comenta que, de avanzar en ese sentido, perderíamos toda posibilidad de hacer política monetaria.
De este modo, Carro considera que “la dolarización no soluciona los problemas estructurales de la economía argentina y, por la falta de dólares, habría que hacerlo con un tipo de cambio ridículamente alto”, lo que indexaría fuertemente la economía.
Terminar con la salud pública
Arancelar todas las prestaciones y autogestionar el servicio de salud en trabajos compartidos con la salud privada es otra de las iniciativas que impulsa el programa de La Libertad Avanza, el partido de Milei.
El economista experto en administración pública Rafael Flores advierte que una política de este tipo no haría más que profundizar la desigualdad social. “Tendríamos un sistema en el que aquellas personas con más recursos económicos podrían acceder a la salud y el resto, al no haber un sistema público, quedaría condenado a la muerte, en algunos casos, por cuestiones, quizás salvables, que se agravarían por falta de atención”, indica Flores.
Eliminación de la Coparticipación
Un proyecto de este tipo, según Flores, requiere una modificación de la Constitución Nacional, lo que hace casi imposible su aplicación. Sin embargo, si se realizara asegura que “se profundizarían las asimetrías entre las provincias”.
La Coparticipación Federal es el sistema de rango constitucional que tiene por objeto coordinar la distribución del producido por el Estado a nivel federal, en virtud de una delegación efectuada por las provincias a la Nación,
Flores afirma que la eliminación de la coparticipación generaría diferencias muy grandes entre las provincias que pueden generar más recursos y las que no tienen esa capacidad. “Y eso, muchas veces, responde meramente a cuestiones geográficas”, agrega. Por ejemplo, hay algunas que pueden producir soja y otras, que no; algunas tienen petróleo y otras, no
Milei, una expresión de bronca
Aronskind considera que “lo central de Milei no es la apelación a ningún tipo de argumentación, sino, más bien, a un estado de ánimo de bronca o resentimiento, que le da popularidad”. Asimismo, indica que tiene un gran componente mediático su construcción política.
Y es que, por ejemplo, Flores señala que “no hay manera de que avancen en este tipo de cuestiones que propone de manera democrática y legal porque requiere de la modificación de leyes muy complejas, para lo cual es muy difícil que tenga quorum”. Pero, no obstante, eso, asegura que, incluso si uno las analiza desde el punto de vista teórico, “los efectos que tendría su aplicación serían nefastos en materia de profundización de desigualdades”.
Su conclusión es que Milei toma problemas complejos y propone soluciones, aparentemente simples, pero inaplicables y que, “si se llegaran a implementar, tendrían un impacto muy negativo en todo el país”, agravando los problemas que supuestamente quiere venir a solucionar.