Myanmar vivió este miércoles la jornada "más sangrienta" desde el golpe de estado del 1 de febrero, con "38 muertos", afirmó la emisaria de la ONU para el país, Christine Schraner Burgener, quien pidió además "medidas muy duras" contra el Ejército mientras el papa Francisco reclamó el cese de la represión de la junta militar.
"Tenemos ahora más de 50 muertos desde el comienzo del golpe de estado y múltiples heridos", detalló la funcionaria durante una videoconferencia de prensa desde Suiza, donde reside, con periodistas en la ONU.
La emisaria precisó que mantiene contacto con todas las partes, incluyendo a los militares, y que estos le indicaron que preveían elecciones "en un año".