El Consejo General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) finalizó este miércoles sin un acuerdo sobre la exención temporal de las vacunas contra el coronavirus y tras el receso de verano boreal el debate seguirá formalmente recién en octubre, un año después de la presentación de la iniciativa que busca garantizar el acceso equitativo de dosis.
El órgano, en el que están representados los Gobiernos de los miembros del organismo multilateral con sede en Ginebra, se reunió martes y miércoles con una agenda cargada de 22 ítems en el cual el tema de la suspensión de los derechos de propiedad intelectual ocupó el cuarto lugar, con casi dos horas de discusiones y unos 40 oradores, de acuerdo con el vocero Keith Rockwell.
Sin sorpresas, no se consiguió el consenso entre los 164 miembros de la OMC sobre las dos grandes propuestas sobre la mesa.
Por un lado, la presentada por Sudáfrica e India en octubre del año pasado y respaldada por más de 100 países, entre ellos la Argentina, que exige levantar por "al menos tres años" los derechos de propiedad intelectual sobre los inmunizantes, tratamientos y diagnósticos contra la Covid-19.
La otra iniciativa es impulsada por la Unión Europea (UE) y elevada el 4 de junio pasado que se basa en un acuerdo multilateral que incluya "precios asequibles" de las vacunas a los países que más lo necesiten y facilitar "el uso de licencias obligatorias", lo que permitiría que más laboratorios desarrollen fármacos genéricos a cambio del pago de un canon a aquellos que poseen las patentes.
En el medio existen matices, como el caso de Estados Unidos que respalda la exención, pero solamente sobre las vacunas y otros países que quieren más evidencias sobre el impacto de las medidas antes de tomar una postura.
En los últimos dos meses, las partes vienen sosteniendo encuentros semanales informales para lograr un texto único consensuado, y si bien todos acuerdan que hay que mejorar la producción de inmunizantes para terminar con la pandemia, persiste la diferencia fundamental sobre la forma más eficaz de abordar la escasez y el acceso desigual a las vacunas y otros productos relacionados.
La UE, Reino Unido y Suiza, sedes de grandes farmacéuticas, son los principales opositores a avanzar con una exención temporal con el argumento principal de proteger la innovación y, con un escaso apoyo también a otras propuestas como el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS), encaran la donación de dosis sobrantes como única respuesta para achicar la brecha.