Las autoridades australianas extendieron este martes hasta mediados de octubre el cierre por el coronavirus en la capital, Canberra, una medida que consideraron necesaria pese al aumento en la vacunación.
Unos 400.000 habitantes de Canberra enfrentan órdenes de permanecer en casa desde el 12 de agosto, cuando se detectó un solo caso de coronavirus.
Ahora con poco más de 250 casos activos, el foco infeccioso causado por la contagiosa variante Delta continúa siendo pequeño, pero fue abordado con cautela en una ciudad que en general evitó los brotes.
El país se encuentra inmerso en la tercera ola que se agravó por la variante identificada por primera vez en India.