El partido marxista que llevó al poder al presidente peruano Pedro Castillo es una "barrera infranqueable" para evitar su destitución en el Congreso dominado por la oposición, pese a que el mandatario ha abandonado sus promesas de campaña, dijo el líder del grupo, Vladimir Cerrón.
Castillo, quien ha sobrevivido a dos intentos fallidos de juicio político en el Congreso, ganó las elecciones el año pasado por un estrecho margen, asustando a los inversionistas con los planes radicales del partido Perú Libre, como nacionalizar las industrias clave y reescribir la Constitución.
Pero una vez en el Gobierno, Castillo mantuvo la economía en manos de funcionarios moderados y ha afirmado que no cambiará las reglas favorables al mercado, lo que enojó a Cerrón -un médico cirujano que estudió y se formó políticamente en Cuba- hasta exigir la renuncia del mandatario al partido.
"Lo que falta para la vacancia (de Castillo) son pocos votos que Perú Libre pudiera haberlos puesto en cualquier momento; eso definitivamente no es nuestra intención", afirmó Cerrón en una entrevista el martes con Reuters en la sede de su partido.
Algunos legisladores de oposición en el Congreso han afirmado recientemente que están alistando una moción para intentar un tercer juicio político contra Castillo, aunque han reconocido que actualmente no tienen suficientes votos para hacerlo.
Otros han dicho que en lugar de un juicio político, Castillo podría ser suspendido de su cargo por una infracción a la Constitución, en medio de investigaciones en su contra por presuntos actos de corrupción, algo que el mandatario ha rechazado.
"Perú Libre es una barrera infranqueable hasta el momento" frente a esas intenciones de la oposición, dijo Cerrón.
El partido marxista llevó 37 legisladores al Congreso, pero tras varias renuncias el bloque se ha reducido a solo 16 de los 130 escaños del Parlamento unicameral de Perú. Expulsar a Castillo requiere 87 votos y en los dos juicios políticos previos la oposición reunió 46 y 55 votos respectivamente.
"Nuestro deseo es que llegue hasta el 2026, pese a que no comparto las actitudes políticas de Castillo", refirió Cerrón.
Los comentarios de Cerrón podrían darle un respiro a Castillo mientras crecen las criticas a su gestión, en medio de una rotación de ministros y funcionarios sin precedentes y de marchas y contramarcas en torno a decisiones políticas.
"Recibo intermediarios de partidos de derecha tratando de conminarnos a votar por eso (la destitución)", comentó. "Obviamente hay ofrecimiento de por medio, que jamás vamos a aceptar", agregó.
Perú, el segundo mayor productor mundial de cobre, vive en constante incertidumbre política y en los últimos cinco años ha tenido hasta cinco presidentes en el poder, incluido Castillo.
CONSTITUCIÓN Y ELECCIONES
Cerrón dijo que a pesar de que la redacción de una nueva Constitución es un objetivo clave para su partido, Perú Libre no buscará en este momento impulsar una asamblea constituyente para ese fin, debido no hay una forma legal para lograrlo sin persuadir a la mayoría en el fragmentado Congreso.
"Se ha cerrado las puertas no solo a Perú Libre sino a otras organizaciones que estaban plegándose a esa tarea", manifestó.
Si bien los analistas consideran poco probable reescribir la Constitución, los comentarios de Cerrón son los más claros hasta ahora que reconocen como muy difícil este escenario actualmente.
El dirigente afirmó sin embargo que su partido no ha descartado un horizonte con adelanto de elecciones, en momentos en que el Congreso debate esa posibilidad vía un referendo, como "otra maniobra de la oposición" para derrocar a Castillo.
Si eso ocurre "el pueblo tiene que luchar para que en ese adelanto de elecciones vía referendo también se incorpore la pregunta de si vamos o no a una Asamblea Constituyente, para una nueva Constitución Política. Solamente en esos términos Perú Libre aceptaría un adelanto de las elecciones", dijo.
Cerrón consideró que es bastante complicado definir políticamente a Castillo y que el mandatario, a falta de una "visión de estadista", está gobernando solo para sobrevivir.
Cerrón iba a ser el candidato presidencial de su partido, pero una sentencia judicial por un caso de corrupción lo sacó de la carrera y por eso postuló a Castillo, un sindicalista que se hizo conocido por liderar una huelga de profesores en el 2017.
"Es un presidente al que falta formación ideológica de cualquiera de las corrientes que él pudiera defender. Diría que un hombre pragmático", señaló el dirigente.
Aunque Castillo ha recuperado unos puntos de popularidad en los últimos meses, según encuestas, el nivel de rechazo a su gobierno supera el 60% en medio de las investigaciones en su contra y por presuntamente obstruir a la justicia para proteger a su familia y a exfuncionarios bajo la lupa de los fiscales.