El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió que su país continuará “atacando sin piedad a Hezbollah” en todo el Líbano. En tanto, el grupo terrorista islámico volvió a lanzar decenas de cohetes contra el norte de Israel, sin provocar víctimas, según la prensa local, un día después que un dron mató a cuatro soldados israelíes e hirió a otros 50 en una base militar al sur de Haifa. La respuesta no se hizo esperar. Al menos 21 personas murieron y otras ocho resultaron heridas en un bombardeo israelí contra una zona de mayoría cristiana en el sureste de la ciudad de Trípoli, en el norte del Líbano. Esa región hasta ahora no había sido objetivo de ataques aéreos de Israel, informó el Ministerio de Salud Pública libanés.