El Gobierno bonaerense, junto al municipio de Quilmes, colocó una placa en el Espacio para la Memoria del excentro clandestino de detención conocido como Pozo de Quilmes, en homenaje a aquellas mujeres que durante la última dictadura militar estuvieron detenidas allí.
El municipio de Quilmes informó que la actividad se desarrolló en el marco del Mes de las Mujeres y los Derechos Humanos, en alusión al Día Internacional de la Mujer Trabajadora conmemorado el pasado 8 de marzo, y al Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia del 24 de marzo.
El subsecretario de Derechos Humanos bonaerense, Matías Moreno, expresó que la iniciativa impulsada por mujeres del distrito de Quilmes, busca tender "un puente que pueda vincular el 8 de marzo con el 24 de marzo" de 1976, día del golpe de Estado que instauró en el país la más cruenta dictadura militar de la historia argentina.
"Nos llegó el planteo de Quilmes y la verdad que nos pareció sumamente reparador en término que nunca se había hecho una actividad de estas características", sostuvo el funcionario.
En representación de la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, estuvo presente la secretaria de Mujeres y Diversidades, Sofía Tomé, para quien la instalación de la placa en el Espacio para la Memoria del excentro clandestino de detención, conocido como Pozo de Quilmes, representa una gestión que "piensa en los derechos humanos con conciencia de género y pensando el género con perspectiva de derechos humanos".
"Esta marca territorial que dejamos hoy acá nos lleva a reflexionar sobre el hecho de que a las atrocidades que han sucedido en sitios como el Pozo de Quilmes y otros espacios de detención clandestina, se le sumó un especial ensañamiento hacia las mujeres", afirmó.
También estuvo presente en el acto la directora provincial de Planificación y Gestión Comunicacional del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense, Lucía García, quien expresó que es preciso "destacar a las compañeras mujeres, porque también hay algo en el modo en que se construye la historia, en que el desaparecido aparece como una imagen masculina, y son muchas las compañeras mujeres".
"A mí lo que siempre me conmueve mucho es pensar en el dolor de esas mujeres, sobre todo quienes fueron separadas de sus hijos e hijas, o incluso las que dieron a luz en el cautiverio y les arrancaron a esos bebés, esa sí que debió haber sido una tortura insoportable", dijo.
Por último, Mabel García, sobreviviente del Pozo de Quilmes, relató que "es una revolución de emociones encontrarme en este lugar, en este acto, reivindicando a todas nuestras compañeras y pensar 45 años atrás, todo lo que pasamos y padecimos".
"El ultraje a nuestros cuerpos, haciéndonos oler la muerte, escuchar los gritos. Este lugar era la cuna del horror y de pronto encontrarnos acá reunidos nosotros es tan reconfortante y sanador", sostuvo emocionada.