Julio Garro fue desplazado de su cargo como subsecretario de Deportes, tras la polémica que generó por sus reclamos a la Selección Argentina por los cantos racistas contra Francia. La decisión fue tomada por el presidente Javier Milei y significó la salida del último alfil del expresidente Mauricio Macri en las primeras líneas del Gobierno libertario. En su intento por volver a la intendencia de La Plata, Garro enfrentó y le ganó a Juan Pablo Allan, el precandidato de Patricia Bullrich para la capital de la provincia de Buenos Aires. Hoy, la ministra de Seguridad es una aliada fuerte de Milei y está dispuesta a ceder espacios del PRO para llegar a las elecciones legislativas en una fusión política con La Libertad Avanza. En cambio, Macri se resiste a que el partido pierda identidad y prefiere negociar alguna alianza, aunque cree que todavía no es tiempo de definiciones. Con la salida de Garro, el PRO no solamente cede presencia en la gestión, sino que también Macri pierde a su hombre clave para el avance de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), que permitirán a los clubes de fútbol abrirse a la llegada de capitales privados. Más allá del enojo por sus dichos, que el expresidente puede compartir o no con Milei, lo cierto es que Karina Milei y Santiago Caputo le siguen ganando espacios de poder.