La policía china y Tencent han colaborado en una acción, conocida como Chicken Drumstick, que ha puesto punto final a la que es posiblemente la más grande operación para la trampa en videojuegos.
La banda desarticulada desarrollaba y vendía trampas para una gran variedad de juegos, entre ellos Overwatch y Call of Duty Mobile. Operaba a través de un sitio web y tenía clientes en más de 100 países.
A través de un sistema de suscripción, con valores de entre USD 10 y USD 200 había conseguido más de USD 76 millones.
La redada La policía china incautó bienes por un valor de USD 46 millones. Entre los objetos más destacados se encontraron varios autos de lujo.
Unas 10 personas fueron arrestadas como participes de la operación que tuvo su punto culminante en una redada realizada en la ciudad de Kunshan, cerca de Shanghái.
El problema Con la popularización de los videojuegos y el crecimiento de Internet también se ha expandido la escena profesional. Los esports mueven millones y muchos de sus torneos son online.
Aunque las compañías desarrolladoras y las organizaciones establecen normas y mecanismos de control en la mayoría de las ocasiones se encuentran actuando en respuesta a recursos que los tramposos pueden haber estado utilizando durante semanas.
Por otro lado, algunos mecanismos de control son bastante invasivos, provocan fricciones con los usuarios y hasta son clasificados como malware por algunos programas de seguridad.