Eva es un nuevo robot desarrollado por la Universidad de Ingeniería y Ciencia Aplicada de Columbia.
Físicamente está lejos de causar una gran impresión, se trata de apenas una cabeza. Pero este ingenio tiene la capacidad de imitar las expresiones que observa en una persona.
El equipo de desarrolladores apunta que las expresiones faciales son un elemento clave de las interacciones humanas. Los seres humanos las desarrollan a través de la imitación y los robots, si van a acompañarnos en nuestra vida diaria, deben adquirir este talento.
El proceso de imitación puede parecer algo sencillo cuando vemos a un ser humano imitando a otro, pero implica varias habilidades.
Instrucciones para sonreír El robot desarrollado tiene tres elementos fundamentales: Una piel suave, un sistema de percepción visual y un sistema de aprendizaje sin referencias humanas. El detalle de la última característica es importante porque la idea es que el robot aprenda solo de la observación, sin ayudas extras.
En una primera instancia el robot observa al ser humano e identifica puntos claves en su rostro, trazando un esquema del gesto que tiene en frente.
Luego aplica esos puntos clave a una imagen de sí mismo. Esto le permite crear una imagen sintética con la expresión.
Finalmente, utilizando esta imagen, el robot crea una serie de comandos de movimiento que realizan el gesto.
Zanwar Faraj, líder del equipo de desarrollo, apunta que el más grande desafío del proyecto fue crear un sistema que fuera lo suficientemente compacto para entrar dentro del equivalente a una cabeza humana y al mismo tiempo lo suficientemente funcional para producir una gran variedad de expresiones.
Eva utiliza la tecnología de aprendizaje profundo para aprender las expresiones y los movimientos faciales que necesita para reproducirlas. Para comprobar si ha realizado su tarea con éxito el robot ve videos de sí mismo.
En otras palabras, práctica sus sonrisas frente al espejo, como cualquier hijo de vecino lo ha hecho alguna vez.