Esta tecnología podría ser utilizada como interfaz para una gran variedad de dispositivos electrónicos.
Aunque existen opciones de accesibilidad para quienes tienen distintos niveles de disminución visual el diseño de los smartphones está claramente centrado en nuestros ojos. Algo similar ocurre con otros dispositivos electrónicos: cada vez hay más información en pantalla.
Los intentos por incorporar el sistema Braille a una nueva interfaz han chocado con varios problemas técnicos. Los mecanismos simplemente eran demasiado complejos, caros y aparatosos.
Un tablero dinámico Afortunadamente un equipo de desarrolladores de la Universidad de Cornell y el Instituto de Tecnología Technion ha presentado una opción que podría tener un gran impacto para muchos usuarios.
Se trata de una membrana de silicona con puntos que se inflan a través de un proceso de combustión. El resultado es un tablero braile dinámico y compacto. Este tablero podría ser incorporado a casi cualquier equipo electrónico.
Una de las opciones consideradas es el desarrollo de libros electrónicos cuya superficie cambiaría con el toque del usuario. Esto supondría una notable facilidad de acceso a una gran cantidad de libros y publicaciones para millones de personas.
Sí, sabemos que los audiolibros existen, pero no es lo mismo.
Un cambio de enfoque El desarrollo presentado se ha diferenciado de otros intentos anteriores al abandonar la idea de un sistema electromecánico en favor de la manipulación de pequeñas cargas de gas.
El mecanismo supone una superficie de silicona con trazos de metal líquido. Los electrodos compuestos por el metal causan chispas que encienden mezclas de metano y oxígeno.
La combustión fuerza a la silicona a inflarse unos milímetros. Un sistema magnético mantiene la forma de los puntos creados.
El combustible es distribuido a través de unos canales independientes hasta los nodos de 3 milímetros de ancho.
Algunos detalles adicionales El sistema permite una gran densidad de nodos. El tiempo de respuesta es de un milisegundo. El mecanismo se enfría rápidamente y exige muy poco combustible. Se lo considera seguro para una distribución comercial.