Con la pandemia se expandió el trabajo a distancia, y con el trabajo a distancia los problemas de seguridad. Aunque cabe aclarar que muchos ataques de alto perfil han tenido como objetivo vulnerabilidades no relacionadas con esta situación.
Durante 2020, según el FBI, se produjo un aumento del 225% en las pérdidas producidas por el ransomware.
Se ha calculado que una empresa es atacada cada 11 segundos.
El daño provocado por este tipo de ataques a nivel global podría llegar durante 2021 a los USD 20 mil millones.
Mucho más que dinero A raíz de estos datos la compañía de seguridad informática Cyberreason ha decidido realizar un estudio sobre las consecuencias del Ransomware. Para ello ha considerado otros factores más allá del rescate exigido o las pérdidas económicas directas. En su estudio señala:
En el 66% de los ataques las empresas perdieron ingresos.
En el 53% las marcas han sido perjudicadas.
En un 29% de los casos las empresas se vieron forzadas a realizar una reducción no planeada de su fuerza laboral.
En un 25% de los casos los negocios no pudieron recuperarse y tuvieron que cerrar.
Soluciones En cuanto a las acciones que se han realizado luego de los ataques, se observa lo siguiente:
En el 48% de los casos se realizaron entrenamientos de concientización y seguridad.
En el 48% se implementaron operaciones de seguridad.
En un 44% de los casos se aplicaron protecciones de punto final.
En un 43% se aplicaron opciones de respaldo y recuperación.
Un 38% de las empresas afectadas instalaron antivirus.
Estas, por supuesto, no son las únicas medidas, pero sí las más comunes. Es importante señalar que solo un 3% de las empresas no realizaron cambios.
Pagos El pago de los rescates no ha supuesto una salida definitiva para ninguna compañía.
El 80% de las organizaciones que pagaron un rescate fueron atacadas nuevamente. En el 50% de los casos fue el mismo grupo criminal.