El sur de China se resguardó ante la llegada del super tifón Ragasa, que viene de arrasar Filipinas dejando al menos tres muertos y nueve resultaron heridas. Las autoridades de Hong Kong lo calificaron de "grave amenaza" comparable a las tormentas más destructivas de su historia reciente.
Según el servicio meteorológico de la ciudad, Ragasa avanza en dirección oeste con vientos máximos de 220 kilómetros por hora en el mar de China Meridional. Ante esto, las autoridades climatológicas hongkonesas emitieron la alerta T8, el tercer nivel más alto de tifón, por lo que el transporte se suspendió y los comercios cerraron.
Ante esto, recomendaron que se queden en sus casas. Los ciudadanos acudieron de forma masiva a los supermercados para abastecerse de productos básicos, y las ventanas de casas y negocios de toda la ciudad fueron selladas con cinta adhesiva, con la esperanza de que esto ayudara a reducir el impacto de los cristales rotos.