La Fiscalía General de Rusia apoyó este lunes la petición del Servicio Federal Penitenciario para que el líder opositor Alexey Navalny cumpla de manera efectiva la pena de tres años de prisión que había quedado en suspenso, una definición que podría conocerse mañana cuando comparezca en una nueva audiencia en la Justicia.
La tensión frente a esta nueva audiencia no hizo más que alimentar los llamados a salir a las calles de los aliados de Nalvany, quienes este lunes convocaron a protestas masivas mañana para presionar a la corte, apenas a 48 horas de una jornada de manifestaciones masivas que terminaron con más de 5.000 detenciones.
La Fiscalía apoyó la petición de de los servicios penitenciarios por considerarla "legal y justificada", según la agencia de noticias AFP, y argumentó que Navalny violó las condiciones de su beneficio judicial al irse a Alemania, donde llevó en estado crítico y fue tratado por envenenamiento.
La detención del opositor a mediados de enero pasado generó fuerte denuncias de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), a lo que el Kremlin respondió acusando a Washington de "injerencia" y de utilizar el tema para intentar imponer nuevas sanciones contra el país.
En medio de esta tensión, la oposición comenzó una campaña de protestas semanales que, al no ser autorizadas por las autoridades, terminan en represión y detenciones masivas.
Una de las personas detenidas ayer durante varias horas fue la esposa de Navalny, Yulia, a quien se le ordenó pagar una multa de alrededor de 265 dólares por participar en un mitin no autorizado.
Además, un tribunal de Moscú ordenó este lunes el arresto domiciliario de la vocera del dirigente opositor por violar las restricciones impuestas por la pandemia, que prohíben las manifestaciones masivas.
Según explicó la secretaria de prensa de la corte del distrito de Basmanni, Irina Sofínskaya, el tribunal aceptó el pedido de arresto domiciliario para Kira Yarmysh, vocera de Nalvany, hasta el 23 de marzo, informó la agencia de noticias Sputnik.