Medio siglo después de que el presidente sirio, Hafez al Assad, fuera ratificado por un referéndum con el 99,2% de los votos, el 12 de marzo de 1971, tras tomar el poder meses antes, uno de sus cinco hijos, Bashar al Assad, controla actualmente los destinos de este estratégico país de Medio Oriente, asolado por la guerra civil desde hace diez años.
Considerado el arquitecto moderno de Siria, Hafez al Assad usó la influencia que había construido como jefe de la Fuerza Aérea del país árabe.
Miembro de una familia pobre alauita, una rama minoritaria del islam chiita, el líder sirio ingresó en el Partido Baath Árabe Socialista en 1947 y se opuso activamente a la unificación entre Siria y Egipto.
Después del golpe del 8 de marzo de 1963, cuando el Partido Baath llega al poder, se reintegra a las fuerzas armadas sirias y comienza un vertiginoso ascenso hasta ser nombrado comandante de la Fuerza Aérea en 1965.
Durante la Guerra de los Seis Días en 1967, en la que Siria luchó junto a una coalición árabe integrada por Jordania, Irak y Egipto contra Israel, y perdió los estratégicos Altos del Golán, Al Assad comprobó como la mayoría de los aviones sirios fueron destruidos en la contienda bélica.
El 18 de noviembre de 1970, Ahmad al-Jatib, un maestro de escuela, fue nombrado presidente de Siria, y tres días después Al Assad tomó el cargo de primer ministro.
Pero el 22 de febrero de 1971 al-Jatib cesó en sus funciones, tras un golpe de Estado que impulsó el mismo Al Assad, quien luego se convirtió en jefe del Estado.