Estados Unidos, Francia e Irlanda expresaron distintas reacciones y enfoques frente a la renuncia de la primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, con la coincidencia de desear que el rumbo del país sea "equilibrado", mientras que la que ocupara su cargo entre 2016 y 2019, Theresa May, reclamó un nuevo Gobierno "sensato y competente".
El presidente estadounidense, Joe Biden, agradeció la ayuda de Truss en diversos ámbitos, entre ellos el aumento de la presión sobre Rusia como represalia a la ofensiva en Ucrania, y espera mantener una "cooperación estrecha" con quien la suceda.
"Estados Unidos y Reino Unido son aliados fuertes y amigos desde hace mucho tiempo y eso es algo que nunca cambiará", subrayó Biden en un comunicado difundido después de que Truss anunciara su dimisión.
El mandatario confía en trabajar con la nueva conducción que surgirá la próxima semana, al término de un proceso de selección dentro del Partido Conservador, para poder hacer frente a los "desafíos globales" a los que se enfrentan ambos países.
El mandatario francés, Emmanuel Macron, dijo por su parte que espera que Reino Unido vuelta pronto a la "estabilidad política".
En declaraciones a su llegada a la cumbre de líderes de la Unión Europea (UE) en Bruselas, Macron se declaró "triste" por la prematura salida de su colega británica, a solo 45 días de haber asumido, pero instó al país a recuperar pronto la estabilidad institucional.
"Francia, como nación y pueblo amigo del pueblo británico, quiere la estabilidad. En un contexto de guerra, de tensión energética, es importante que Reino Unido vuelva muy pronto a la estabilidad política", remarcó.
"Eso será bueno para Francia y Europa", reforzó.
El primer ministro de Irlanda, Micheál Martin, aprovechó la renuncia de Truss para recordar los retos pendientes que afectan a ambos países, y advirtió que la firma de un acuerdo que permita la aplicación del Protocolo de Irlanda del Norte es ahora "aún más urgente".
El protocolo, incluido en los acuerdos del Brexit, sigue indefinido por los recelos de Londres, que bajo el mandato de Truss no dio ningún tipo de paso ni para llegar a un pacto definitivo con Bruselas ni para terminar de romper los compromisos suscriptos.
Martin apuntó además que los gobiernos irlandés y británico tienen entre sus "responsabilidades vitales" apoyar "la paz y la estabilidad" en Irlanda del Norte, cimentada en los Acuerdos de Viernes Santo de 1998.
Irlanda del Norte carece a día de hoy de un Gobierno operativo, entre otras cuestiones por las dudas relativas al Protocolo.
"Reino Unido es el vecino más cercano a Irlanda y una relación de cooperación entre los gobiernos es vital para la paz y la prosperidad en las islas. Sigo comprometido para trabajar con el Gobierno británico en este espíritu", concluyó el gobernante en rueda de prensa recogida por la agencia de noticias Europa Press.
Por su lado, la ex primera ministra británica Theresa May dijo que espera que Reino Unido pueda contar con un Gobierno "sensato" y "competente" capaz de afrontar "las actuales turbulencias políticas y económicas.
"Los diputados deben estar preparados para transigir. Es nuestro deber proveer un Gobierno sensato y competente en un momento crítico para nuestro país", expresó en su cuenta de Twitter.
May, que también se vio obligada a renunciar en 2019 por la presión de sus propios compañeros, ponderó que Truss haya puesto ya sobre la mesa una hoja de ruta para "una transición ordenada" y le deseó suerte a quien la suceda, decisión prevista para el 28 de este mes.