El ingreso del senador electo y exjuez Sérgio Moro a la campaña de Jair Bolsonaro para el balotaje de este mes contra Luiz Inácio Lula da Silva permitió recuperar el apoyo de votantes de clase media de San Pablo y Río de Janeiro desencantados con el jefe del Estado, afirmó el ministro de Comunicaciones de Brasil, Fabio Faria.
Moro encarceló a Lula años atrás por presunta corrupción, pero la condena fue anulada por la Corte Suprema por parcialidad.
El exjuez volvió a aliarse con el ultraderechista Bolsonaro la semana pasada de cara al balotaje presidencial del 30 de octubre luego de haber sido elegido senador por ocho años por el estado de Paraná, bastión bolsonarista, en elecciones generales el 2 de octubre pasado.
El bolsonarismo disemina la falsa afirmación de que Lula no fue absuelto ni declarado inocente luego de la anulación de sus procesos por parte del Supremo Tribunal Federal, que por mayoría decidió que hubo persecución política y manipulación de pruebas por parte de Moro y el exfiscal Deltan Dallagnol.
"Moro siguió toda la trayectoria del Partido de los Trabajadores y sabe que Lula no fue absuelto. El tiene fuerza más allá de Paraná, tiene seguidores en muchos lugares, y vemos en nuestros números que la presencia de el tiene un efecto positivo en la región sudeste", dijo al diario O Globo el ministro Faria, uno de los coordinadores de la campaña de Bolsonaro.
Lula fue condenado en 2017 por Moro, que en 2018 determinó la prisión del líder del PT por corrupción en la Operación Lava Jato, con lo cual lo proscribió de la elección vencida por Bolsonaro, para luego renunciar a la magistratura y sumarse al Gobierno de ultraderecha como ministro de Justicia.
En plena pandemia, en abril de 2020, Moro renunció denunciando penalmente a Bolsonaro por querer interferir en las investigaciones que la Policía Federal realizaba sobre el desvío de dinero y lavado de dinero del senador Flávio Bolsonaro, uno de los hijos del presidente.
El ingreso de Moro a la campaña fue visible al aparecer como asesor del presidente en el debate con Lula del domingo pasado en el canal televisivo Bandeirantes.
"El presidente dijo que a pesar a las divergencias que tuvieron, las convergencias son mayores. Y las divergencias con Lula son insuperables. El (Moro) no tiene opción", aseguró Faria, yerno del magnate de los medios Silvio Santos, dueño de la concesión pública del canal SBT, abiertamente bolsonarista.
El ingreso de Moro en la campaña, según el ministro Faria, busca erosionar el voto antibolsonarista en la región sudeste, la más disputada del país, en la que se encuentran los tres principales distritos electorales, San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais.
Con el exjuez considerado parcial, el bolsonarismo busca sacar diferencias entre la clase media que aún apoya la operación anticorrupción Lava Jato pero que con los años se alejó del presidente, sobre todo en San Pablo y Rio.
Según una encuesta de Datafolha publicada la noche del miércoles, la diferencia entre Lula y Bolsonaro de cara al balotaje se redujo esta semana a 52 a 48% de la intención de voto, teniendo en cuenta los votos válidos (sin contar los en blanco ni anulados), en situación de empate técnico por el margen de error, desconociendo la cantidad de abstención que puede haber.
Según Datafolha, Lula acumula 49% de la intención de votos totales contra 45% de Bolsonaro, 4% de votos en blanco o nulos y 1% de indecisos.
Datafolha registró un 50% de brasileños que no votarían de ningún modo por Bolsonaro y 46% que rechazan a Lula.
El apoyo de Moro puede erosionar la construcción para la segunda vuelta de Lula entre la clase media de centroderecha y refractaria al PT que significó el apoyo de la tercera colocada, Simone Tebet, senadora vinculada al agronegocio, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), que logró 4% de los votos en la primera vuelta.
Lula venció la primera vuelta con el 48,4% contra el 43,2% de Bolsonaro el 2 de octubre.