El CEO afirma que los empleados que dan a conocer la información de las reuniones de la compañía no pertenecen a ella. Apple todavía no ha podido identificar a los responsables.
En un reciente correo enviado a los empleados, Tim Cook, CEO de Apple, ha puesto en claro su profundo desagrado por las filtraciones en las comunicaciones internas.
El ejecutivo apuntó que entiende la frustración de muchos al ver que los contenidos de sus encuentros llegan hasta los periodistas y explicó que la empresa está haciendo todo lo posible por identificar a quienes suministraron la información.
Filtrados Existen varios ejemplos de temas de conversaciones internas que Apple no tenía intención de compartir. Uno de ellos es la política respecto a la pandemia, cuando la empresa decidió que exigiría controles frecuentes pero no impondría la vacunación como requisito a sus empleados. Otro fue una mirada casi resignada ante el conflicto con Epic. A todo esto hay que agregar los datos de los productos siendo difundidos más allá del canal oficial de la compañía.
Un problema de confianza La preocupación de Cook es que las filtraciones impidan que los miembros de los equipos de la compañía se expresen con libertad.
Todas las empresas manejan información confidencial que por una razón u otra resulta conveniente que no se de a conocer al público. El secreto no implica por necesidad la existencia de una práctica ilegal o de mala fe, aunque en ocasiones esto ocurre. El conocimiento de la estrategia de mercado de un rival puede ser un dato de gran valor.
También es posible que a Cook simplemente no le agraden las filtraciones, sean del tipo que sean. Por dicha razón ha afirmado en el correo que las personas que filtran información confidencial no pertenecen a Apple.
Todo lo dicho lo conocemos, por supuesto, gracias a una filtración.