La pandemia y la creciente fragmentación de los partidos de derecha en Europa favorecieron en estos meses las victorias de los socialdemócratas en varios países europeos, si bien los problemas de representación persisten entre estas fuerzas de centroizquierda, que no logran captar a una parte importante de los electorados.
Tras años de crisis y derrotas, los recientes triunfos electorales en Noruega, Alemania e Italia dieron alas a una ideología mermada tanto por al auge de las formaciones populistas de derecha, como por los partidos ecologistas, y en crisis desde el fin de la era dorada de crecimiento económico tras la posguerra.
Hoy en día, los socialdemócratas encabezan los Gobiernos de siete países europeos: Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, España, Portugal y Malta, a los que pronto debería sumarse Alemania, tras la victoria en septiembre del candidato Olaf Scholz, quien está intentando forjar una coalición con ecologistas y liberales.
Los socialdemócratas son también socios menores en coaliciones gubernamentales en Bélgica, Luxemburgo, Islandia e Italia, donde el Partido Democrático de Enrico Letta ha tomado impulso en los comicios municipales de octubre, al ganar las alcaldías de las cinco ciudades más importantes del país (Roma, Turín, Milán, Nápoles y Bolonia).
Aunque la socialdemocracia europea está lejos de recuperar la hegemonía de antaño, ha logrado ser en varios países la fuerza más votada en un sistema de partidos cada vez más fragmentado.
"Podríamos decir que hay un proceso en recuperación de la socialdemocracia en Europa", afirmó a Télam la investigadora del Centro de Estudios de Política Internacional (CEPI) de la Universidad de Buenos Aires, Mariana Polizzi.
"La Covid-19 generó una modificación en los lazos sociales y económicos. Entonces hay mayor necesidad de un Estado de bienestar presente, que pueda responder a las demandas sociales de los ciudadanos de pie y la ultraderecha no ofrece ese tipo de propuestas", agregó.