Con más del 90% de las mesas escrutadas, La Libertad Avanza (LLA) logró un gran triunfo con más del 40%, revalidó su política de motosierra y ganó impulso para la segunda parte de su mandato. Lejos quedó el peronismo en todas sus vertientes, alrededor de 10% abajo. La decepción fue el sello de Provincias Unidas que, incluso perdió algunas de los distritos que gobierna.
Según datos de la Dirección Nacional Electoral, votó el 68,85% del padrón, el menor nivel de participación desde el regreso del democracia en 1983.